En un capítulo de la recordada serie
que se sigue emitiendo en todo el planeta, Maxwell Smart y la Agente 99 viajan
a la Argentina de la mano de un enigmático “gaucho” y aseguran que se encuentran
en la tierra del “tango y del churrasco”.
Nadie imaginó en la cadena NBS
que el mundo caería rendido a los pies de Maxwell Smart, “temible operario del
recontraespionaje”, cuando en 1965 comenzó a emitirse “El Superagente 86”, una
comedia de bajo presupuesto que se burlaba de los espías en el marco de la
guerra fría.
La idea del desopilante Mel
Brooks –creador de los personajes- y del productor Buck Henry fue aprovechar el
éxito internacional de algunas series y películas, como “James Bond 007”, el
“Agente de CIPOL” o “Los Vengadores”, para parodiar las acciones de la CIA y la
KGB a través de los enfrentamientos entre la agencia “CONTROL”, que respondía
al gobierno de los Estados Unidos, y “KAOS”, una mezcla indefinida de rusos y
nazis que propiciaba el mal en todas sus formas.
"Get Smart" –título
original de la serie en inglés- debutó con un único capítulo en blanco y negro
el sábado 18 de setiembre de 1965 y pocas semanas después -a todo color y con
estética beatnik- ya lideraba con
amplitud el rating, siendo una de las
series más vistas a lo largo de cuatro años consecutivos.
“El Superagente 86”, en una
época de grandes realizaciones televisivas, ganó tres premios Emmy y Don Adams –el
actor que personificaba a Maxwell Smart- se llevó tres estatuillas a la mejor
actuación en comedias entre 1967 y 1969.
De Argentina, con amor
En el capítulo “Supersonic
Boom”[1] de la
tercera temporada, una de las de mayor popularidad, Maxwell Smart y la Agente
99[2] son
atrapados por espías de “KAOS”, entre los que figuraba un enigmático hombre
apodado “gaucho”.
Mediante una serie de
artilugios inverosímiles, los malvados agentes les hacen creer que son trasladados
en avión hasta la Argentina, pese a que nunca habían salido de Washington.
“Por supuesto, todo encaja bien: aeropuerto de
Ezeiza, el calor, el largo viaje, el hombre llamado gaucho….99, esto puede
producirte un shock pero creo que estamos en mi Buenos Aires querido”, le asegura Max a su compañera, cuando son
abandonados en una celda, con inflexiones “tangueras” en la voz.
El Agente 86 llama entonces
a “CONTROL” desde su zapatófono y dice: “Hola
Jefe, estamos en Argentina, la tierra del tango y del churrasco”, esbozando
casi una descripción perfecta de la argentinidad.
La respuesta del “Jefe”[3] presagia
lo que sería una constante en la política exterior de los Estados Unidos unas
décadas después y, lo que es más grave, en la vida real: sin verificar la info rmación, los marines de las barras y las estrellas invaden la Argentina
ya que, como sostiene Max en otro episodio: “Nosotros
tenemos que disparar y matar y destruir porque representamos todo lo que es
sano y bueno en el mundo”.
Mientras la invasión se
lleva a cabo, los agentes de “CONTROL” logran escapar y descubren que siguen en
Washington. El capítulo finaliza con el “Jefe” llamando al presidente de
Estados Unidos y diciéndole, avergonzado: “Temo
que tengamos que enviar otra disculpa…a la Argentina”.
El viejo truco
Como no podía ser de otra
forma, tratándose de una serie de espías, esta crónica también tiene una trampa
(“el viejo truco de la trampa en la nota”,
diría Max), ya que el tango y el churrasco solamente son mencionados en la
versión latina de la serie.
Se trata de un agregado de
Jorge “El Tata” Arvizu[4],
célebre actor mexicano que realizó el doblaje del Agente 86.

Es así como, por ejemplo,
incluyó a la recordada “Tía de Acapulco” del Agente 86 –que no existe en el
idioma original- o, en el caso del capítulo en cuestión (en el que sí se nombra
en inglés a la Argentina, al aeropuerto de Ezeiza y al hombre llamado “gaucho”)
la alusión a la “tierra del tango y del churrasco”.
El mundo no basta (para la carne
argentina)
Ese capítulo, como muchos
de los realizados entre 1965 y 1969, fue visto por millones de espectadores en
todo el mundo y repetido año tras año hasta nuestros días, tanto en las
principales cadenas televisivas como en esa metáfora virtual del eterno retorno
llamada “youtube”. Ya son más de cuatro generaciones que escuchan a Maxwell
Smart asegurar con su voz aflautada que se encuentra en la tierra del
“churrasco”, que no es otra que nuestras pampas.
“El Superagente 86” se
exhibió en más de ciento ochenta países y la versión latina fue vista en
España, México, Estados Unidos, Panamá, Paraguay, Perú, Costa Rica, Argentina,
Venezuela, Ecuador, Chile, El Salvador, Honduras, Colombia y Uruguay, entre otras
naciones.
En 1967, cuando salió al
aire por primera vez el episodio “Sonic
Boom”, cada argentino consumía 82,1 kilos de carne por año, Roberto
Goyeneche editaba su exitoso LP “Tres para el tango” -con Ernesto Baffa y
Osvaldo Berlingieri-, y Astor Piazzolla comenzaba a colaborar con el poeta
Horacio Ferrer.
Tenía razón, entonces,
Maxwell Smart cuando le aseguraba con vehemencia a su jefe que se encontraba en
“la tierra del tango y el churrasco”.
Publicado en Revista Integración Nro. 21 – Abril de
2012
"Nunca nadie antes realizó un show con un
idiota como protagonista, por lo que decidí ser el primero" (Mel Brooks,
revista Playboy, 1966).
[1] “La bomba sónica” (emitido
por primera vez el 28 de octubre de 1967)
[2] Interpretada por Bárbara
Feldon nunca se menciona su nombre en la serie. Originalmente iba a llamarse la
“Agente 69”, aunque ese número fue censurado por la cadena televisiva y pasó a
ser la “99”.
[3] Interpretado por Eduard
Platt. En la serie solamente se lo menciona como “Jefe” aunque en un capítulo
asegura llamarse “Tadeo”.
[4] También hizo para el mercado de habla hispana las
voces de Pedro Picapiedra, Canito, de “Canuto y Canito”, el Pájaro Loco, el
Gato Felix, Mr. Magoo y personajes de la serie “Don Gato y su Pandilla”, como
Benito Bodoque y Cucho.
[5] “Superagente 86”, dirigida
por Peter Segal y protagonizada por Steve Carell como Maxwell Smart, Anne
Hathaway como la Agente 99.